lunes, 8 de diciembre de 2014

12/08/2014

    Cuando empiece a ser una molestia, cuando mi presencia opaque tu alegría y tu libertad, apártame de ti.
    Mi corazón comprensible que al principio estaba lleno de amor, paciencia y fortaleza se está convirtiendo en un corazón egoísta, podrido y herido.
    No vale la pena pulir estos sentimientos. Mi inseguridad y mi bajo perfil me impiden progresar.
    Y vuelvo a ser la misma de antes. No he podido avanzar con seguridad. Mi corazón desea más y más y más. No le basta con simples palabras repetidas constantemente. Quizás dejó de importarle. O quizás se acostumbró a ellas.
    Pero sé que luego de una futura ausencia, las anhelará, se preguntará y maldecirá el porqué de tan estúpido sentimiento y sus falsas costumbres.
    Por ahora, caigo a pedazos. Sé que cometemos errores, pero suelen ser insignificantes y muchas veces, no intencionalmente.
    Me hirió. Y ser capaz de ocultarlo me reconfortó a duras penas. Sé que te equivocaste pero mi corazón no lo entiende.
    Alivia mi egoísta y pobre corazón.
    Un corazón egoísta, tímido, insignificante, pequeño, encerrado. No quiero convertirme así.
    Ayúdame.