domingo, 26 de marzo de 2017

Mujer moldeable.

    Sus ojos son pardos pero, cada vez que lo mira, se convierten en café miel.
    Su sonrisa educada se vuelve en la más singular e iluminada de aquél bus.
    Todos se dan vuelta para verla: No es nada más que una mujer común y corriente. Pero algo más allá de eso les atrae.
    Ella no se da cuenta.
    Esa mujer es así, porque su belleza se enaltece al ver a ese hombre.
    Es como una piedra preciosa que acaban de terminar de pulir. Poco a poco.
    Sólo tiene sus ojos, para admirar a aquél hombre.
    Su voz, para cantarle todas las noches.
    Sus oídos, para escucharlo hablar de aquellas aventuras de jóvenes.
    Su olfato, para oler su aroma desbordante.
    Y sus labios para besar y degustar lo inimaginable.

    Aquella mujer, 
             moldeable, frágil y absorbente.