Finalmente logré soltar aquel amor fugaz. Terminaste pidiéndome el cariño que siempre te daba, reconociste mi ternura por ti y en los tiempos difíciles siempre estuve allí.
Pero no pude hacerlo por más tiempo. Entregarme de nuevo a un amor que ya no es el mismo.
Ya no más.
En cuanto a los recados... Dios sabrá.
Déjame ir en paz y olvídame.
Te amo.