sábado, 19 de septiembre de 2020

Inoportuno.

     Sólo me disculpo por dos cosas. El haberte "insultado", aunque mi intención nunca haya sido esa, y el tratarte de esa forma tan déspota, guiándome bajo mi propio enojo y molestia. Pero no me arrepiento el hacerlo.
    Resultaste ser todo en lo que yo procuraba no convertirme: un hipócrita, egoísta, mentiroso y cruel.
    Sin embargo, como último acto de mi amor, los recuerdos de aquél niño que amé estarán plasmados en mi corazón, pues hace días lloré por el fin de tu amor hacia mí y hoy lloro porque el niño al cual amaba desapareció, falleció.
    No vuelvas porque jamás veré en ti a ese ser que hizo mi corazón estremecer y lloro recordando ese amor, esa calidez y cerrando, por fin, nuestra historia. 
    Un amargo adiós.