Me he dado cuenta y debo admitir que soy una persona muy afortunada.
Me aceptaste y jamás me abandonaste. Puede que no me hayas hablado durante largo tiempo, pero siempre estuviste ahí, entre las sombras o simplemente entre los rayos del Sol, cuya iluminación no me dejaron verte.
Y todavía no me doy cuenta de lo hermoso que eres. Siento una gran gratitud hacia ti y deseo que tengas una vida con errores y que aprendas cada una de ellas. Por que error no significa perder;
Muchas gracias, por no reprimirme, por ser como soy a pesar de mi ser complicado.
Gracias por no dejarme...
Algún día de éstos,
me gustaría que me leas.
Por lo menos sabrías que ésta es una pequeña parte de mi.
Una parte con altibajos.
Perdóname.
Al parecer no puedo llamar tu atención.
Pero gracias por siempre aceptarme en tu hogar.
El lobo aprendió a no comer, quizá.
O simplemente está aguantando, no sé.