Embriagarme de aquellas historias relatadas e ilustradas por tales personas, cuyo don envidio y anhelo poseer con el paso de los años y la experiencia de mi propio y esperado esfuerzo. Son aquellas las que me llenan de vida y me inundan de sentimientos que quizás en este camino me sean difíciles de corresponder.
Encienden mis sentimientos vívidos, que yo creí haberlos sepultado dentro de un baúl viejo en mi habitación; desesperados por salir y encontrar algún ser que padezca de mi amor descontrolado. Llenarlos de timidez, alegría, lujuria, aceptación completa; de besos cálidos y abrazos eternos. Sentir el ardor de nuestros cuerpos tocándose indirectamente a través de nuestras prendas. Compartir las suaves y frías sábanas en contacto con nuestra piel desnuda, y reencontrarnos por aquel calor que emanan nuestros cuerpos, en busca de calidez. En un vaivén entre polos opuestos hasta llegar a aquel clímax.
Quién será ese ser capaz de estar conmigo y compartir nuestros mismos pecados.
Anhelo poder encontrarlo.