Sé que debo darlo todo, entregarme sin ningún reproche, no esperar nada de los demás... pero no entiendo porqué me duele tanto el corazón. El no poder recibir lo que doy. Sentirme sola luego de brindar lo que tengo. Y que al final se olvide de mi, de lo que me gustaría sentir. De lo que prometió primero.
Y todos los hombres son así. Su deseo devora todo y no deja espacio para lo que anhela este pobre corazón.
No entiendo porqué soy tan frágil en estas cosas. Una estupidez.
Mi alma llora, mis lágrimas no dejan de salir. Ya para. Solo das. No recibes.
Una triste realidad, quizá.