He cambiado y sacrificado la fibra más íntima de aquello que va más allá de mi ser.
He perdonado cada estaca que tú clavaste sin querer y aquellas que lo hiciste por poder.
He esperado cada día, a pesar de que la paciencia no haya sido mi mejor guía.
Sin embargo...
Tú te niegas a cambiar y a sacrificarte por un bien.
No me perdonas por aquello y te llenas de un rencor orgulloso y no lo entiendo porqué.
Desvaloras el tiempo que te regalo, haces falsos compromisos y de mi boca sólo sale un : "está bien".
Y no estás listo para tener una relación de esta manera, y yo no estoy lista para amar a alguien si quiera.
Porque todo lo que doy, brindo, regalo, no es valorado. Y de tanta amargura, debo volver a amarme a mí misma sin ninguna duda. De si realmente me amas o sólo disfrutas ajenamente, egoístamente, cuando te acuerdes que hay una tonta, a tu disposición siempre y a toda hora.