Eso, quizás, es la única cosa que no me gusta de ti.
No sé si creerte o no, me complicas y me perturbas.
Dices que morirás, quizás, debido a una enfermedad.
Lo creo.
Me dices, al final, que es broma. No lo sé. No puedo comprender.
No sé en qué situación debo estar, en qué posición debo mantenerme.
Mis sentimientos van cambiando dependiendo de tus palabras.
Y eso me confunde.
Escuchar la triste noticia, y hacerme un papelón buscando soluciones, cómo donar, qué requisitos necesito para ello, cuánto tiempo de vida tendrías, etc.
Hacerme la idea de que pronto morirás, no es lindo.
No podremos tener juntos una familia, y mucho menos conocernos realmente.
¿Acaso estás jugando?
Terminando así, como una broma y no sé qué pensar.
Dices que no te creo. Y ahí está la razón.
¿Acaso no te das cuenta?
No sé si llorar o reír.
Broma de muy mal gusto.
No sé si enojarme o perdonarte.
Y, finalizando así, me pides...
~herramienta~
¡Cómo termino ésto!. Pensé que la charla sería buena. Pero veo que no.
No pienso hablarte.
Púdrete.
Me voy a la cama.
Y rompo a llorar.