Los lobos se aparean bajo la luz de la luna.
Pero uno de ellos no está presente en esa hambruna.
Lejos, a la distancia... sus ojos reposan en aquel cristal plateado.
No se detiene, no se inmuta.
La loba, absorbida por aquella luz...
la luz de la luna.
Oh, Loba
Tan frío corazón tienes.
Oh, Loba
Ni a sus ojos atiendes.
Oh, Loba
Míralo. Lo tienes en frente.
Loba,
Acéchalo.
Tú puedes.