Una limpieza... las lágrimas recorren cada parte de mi piel desnuda.
Y a pesar de ser transparentes y livianas, son capaces de llenar aquel vacío en mi corazón. Y me pesa. No importa cuánto derrame, jamás pararán.
No saldré de este infierno.
Ni las lagrimas podrán cambiar y alivianar este frío corazón.
Se secan y se agrietan en mi rostro, volviendo otra vez.