sábado, 4 de julio de 2015

Días.

    Debo admitir que me sentí triste, y egoístamente quise tenerte para mi, cuanto más días mejor.
    Lamentablemente sólo tenía disponible una semana, y el simple hecho de que llegues todavía dos días más tarde, me ha hecho un hueco en el corazón.
Sentí tristeza, impotencia, amargura.
"¡¿Por qué te dejas llevar por ellos?!" "¡Ellos te tuvieron toda la vida, desde que naciste hasta ahora! ¡¿Y me vienen a quitar los únicos días que tengo junto a ti?!"
    Nunca creí odiarlos, pero ese sentimiento simplemente brotó entre mis miedos.
    Y no sé si esto me beneficie en mi carrera...
Maldigo.
Maldigo.
Y maldigo.
Sé que no es tu culpa, sé que debes obedecerlos, que son los árboles de cuyo fruto saliste.
    Mi cobarde y egoísta corazón no puede dejar de latir sombríamente.
Los odio.
Realmente, siento un gran odio. Mi alma ya está en llamas. Quizás aguante hasta tu retirada, pero el encuentro se me va a hacer muy difícil.
Hablarte de esto igual es complicado. No puedo. Simplemente no puedo herirte más de lo que lo estoy haciendo.
Odio es lo que más siento en este momento. Quiero llorar. Quiero irme de aquí. No quiero verte, a ti ni a tu familia. No quiero jugar contigo. No quiero pasar mas tiempo contigo. Mi mente dice que pare pero no puedo. No puedo.
    Las cosas pasan porque sí. Y vuelvo a la misma locura de antes. La otra parte está ganando. Yo no puedo. No puedo...
    Y ahora anhelo unas copas de vino, el más agrio que exista. Inundarme en mis lágrimas negras y profundamente vacías. No volver atrás. Huir de mi casa, de mi familia, de mis amigos... irme lejos. Estar sola. Realmente sola...con Brandi.
    No encuentro la paz en este lugar (no como antes). Y la gota va a rebalsar el vaso y yo quedaré atrapada entre los vidrios.