lunes, 30 de junio de 2014

Lealtad.

    Estoy a su servicio.
    Contad conmigo siempre.
    Lo único en el que soy capaz íntegramente es en amarle fielmente.
    Disfruto haciéndolo, como escuchar tu dulce voz en cada llamada.
    He cometido errores, he caído en la desesperanza y he fallado.
    Soy simplemente un ser humano, que quizá trata de convertirse en un lobo.
    Aquél que sólo puede amar a un individuo para toda su vida.
    Aquél que noblemente no traiciona, siempre a su lado.
    Te debo mi reino,
                     mis tierras,
                                mi lealtad
                                      y mi corazón.
    Todo esto es tuyo.

 

Otra vez.

    Y otra vez... la cagué.
    Mi pésima actitud.
    Cuánto lo siento.
    Tuve la oportunidad de estar contigo y la rechacé con horribles palabras que, en mí, pensaba sería gracioso. Y no llegué a ser capaz de entender cómo te sentías.
    Palabras inmaduras y necias.
   ¿Por qué cada vez que veo la luz,
                                                           caigo?
    Perdóname. Y yo que me propuse aumentar tu felicidad; al parecer no dejo de tropezar. Y es que los demonios no se apiadan de mí y juegan a su gusto, hasta que alguno empiece a sufrir.
    Lo siento.
    Otra vez te fallé.
    ¿Por qué lloro? Sólo sirvo para ser débil.
                                                  Mi diminuta existencia
 duele.

Muros.

    ¿Quizás esos muros nunca existieron?... ¿eran de mi propia imaginación?
    No... imposible... siempre estuvieron allí.
    ¿O él se acercó a mi?
    ¿O yo, sin darme cuenta, fui traspasándolos?
    Ahora lo veo... puedo verle y está tan cerca.
    ¿Estoy soñando?
    ¿Será el delirio de mi pobre y marginado corazón? Estoy confundida pero alegre a la vez.
    No sé qué hacer... qué decir...
    Quiero amarle hasta el alma infinita, con pasión y delirio, con melancolía y soledad, con egoísmo y generosidad, con  locura y tranquilidad, con alegría y tristeza hasta que mi piel se desprenda de mi cuerpo; hasta que mis labios, secos ya de pronunciar tu nombre, se partan en pequeñas cuchillas. Hasta que mis huesos se quiebren y mis ojos se opaquen, seguir amándote es lo que me da valor a seguir luchando.


viernes, 27 de junio de 2014

Raro.

    Eres el ser humano más raro que he conocido en mi vida...
Impresionante.
    A pesar de haberte dicho con dificultad gran parte de mis defectos me hice la idea y ya daba por hecho de que no las aceptarías y sería el triste fin.
                                                                   Pero no fue así.
     Fácilmente los aceptaste y más aún, me mostraste tu amor con palabras.
    No entiendo... ¿Eres ciego?
    Me es difícil creerlo, aunque gran parte ya lo hizo. Estoy segura que eres único. Realmente único.
    Soy tan feliz. Tanto que hasta podría entregarte todo de mí y mostrarte de lo que soy capaz. Quiero que te sientas especial; que te amen como jamás en tu vida te amaron; que te dediquen poemas de amor y suspiros agitados y prolongados llenos de tu esencia.
    El temor más grande era decepcionarte, desilusionarte. Tenía miedo de que te dieras cuenta de cómo soy en realidad, aunque ya de por sí te he contado la mayoría de ellos y aún así me aceptaste.
    Dios... ¿qué tratas de demostrarme? De que hay alguien que, aparte de tí, ¿me acepta completamente? Es imposible...
                                                                                       "Nada es imposible para Dios" 
    Lo sé...
    No merezco ésto. No debo ser yo quien reciba todos éstos milagros. Definitivamente no. ¿Por qué?
    No tengo una Fe bien edificada. A veces tambalea, sólo por el mismo hecho de que no esté practicando buenos actos.O ignorando a mis hermanos. Sólo sirvo para rezar por ellos, pero... ¿eso ayuda?.
    Sólo palabrería y no al impulso de ayudar... No...definitivamente no es palabrería.
    Entonces...¿por qué a mi? ¿por qué no a mis hermanos que más lo necesitan?. Yo no he de cambiar nada en éste mundo. No tengo la suficiente fortaleza ni el ímpetu de hacerlo. Todo lo que he hecho en ésta vida fue gracias a Ti y a Brandi.
    Sólo soy un pequeño cachorrito que necesita ayuda; Una migaja de pan que se disuelve en la taza de té; Un mosquito pequeño que pronto morirá.

    Gracias por tu amor, que mi triste ignorancia e insuficiencia pensó que fuese un simple deseo o sentimiento que se disipa en una insignificante corriente de aire.
    Ahora me doy cuenta que ese sentimiento no se fue lejos, sólo permanece invisible para mis ojos.