domingo, 6 de agosto de 2017

Prefiero ser su amiga, que su enamorada.

    Pensar el solo hecho de que pase más tiempo con sus amigos que conmigo, abre una herida que nunca cicatrizó, que sigue latente y cubierta por un delgado y penetrable papel. Me hierve la sangre de envidia, tristeza, soledad y abandono. Imaginar las innumerables veces que relató trocitos de su vida a personas ajenas a mí, que hayan escuchado su risa, sus bromas, y quizá sus frustraciones. Todo aquello que yo anhelo, es recibido por otras personas que nunca conocí.
    Quiero gritar, obtener lo que es mío por derecho pero al fin y al cabo no soy digna de eso.
    Esta posesión de obtenerlo sólo para mí me está destrozando porque sabemos que nunca será así, él no me lo permitiría y mi naturaleza no es posesiva hasta tal punto.
    Desde aquél error que cometí, de los tantos horrores que provoqué, sé bien que no tengo el derecho de quejarme, debo respetar el lugar donde él me puso... que es aquí, en un rincón de su corazón, lo más alejado y abandonado de su alma. Sólo requiere de mí  para darse el placer que necesita, porque estoy en deuda; no podré enmendar mis errores pero por lo menos puedo rescatar lo poco que hay entre nosotros.
    En estas ocasiones me vienen a la mente pensamientos en los cuales prefiero ser su amiga más que su enamorada, para poder estar todo ese tiempo preciado con él. Volver a ser aquellos amigos, pasando tiempo juntos sin ningún compromiso, sin la obligación pendiente del otro. Sentirme cómoda con la ausencia de pensamientos inseguros, propios de una mujer; no depender de la opinión de algún hombre, a menos que sea la de mi padre u hermanos.
    Prefiero ser su amiga, que su enamorada. Así, seguramente podré llevarme bien con sus allegados, sin la presión de que debo agradarles a todos. O simplemente mandarlos a la mierda en caso de que me disgusten y eso no sería ningún problema, ya que no estaremos perjudicados el uno ni el otro porque no estaríamos relacionados.
¿Acaso prefiero eso?
    Realmente no estoy segura. Pero de lo que sí, es en la situación no favorable en la que me encuentro.
    Quiero cambiar esto.
Pero no puedo.

Simplemente soy una niña tratando de mover una montaña.