lunes, 18 de enero de 2021

Amor venidero.

    Un simple domingo 3 de Enero llegaste. 
    Aún con mi intranquilidad, reuní todo el valor en aquella terminal para cruzarme con aquellos ojos que dudé por un instante en reconocer. 
    Ese mismo día, aquél abrazo logró desarmarme por completo y desde ese momento fui toda tuya.
    Días pasaron hasta que logré ser capaz de levantar mi mirada y observar tu rostro. Todo lo que buscaba con desesperación y anhelo años atrás y que decidí abandonar, lo hallé en ti: honestidad, fidelidad, aceptación.
    Hermosos recuerdos, cual semejanza al Cielo.
    Quién iba a pensar que los días pasarían fugazmente. En un abrir y cerrar de ojos me encuentro con los recuerdos de días pasados. Al principio, ignoraba aquellos lugares que tarde o temprano debía volver a estar. 
   Tu aroma impregna la habitación. Me recuesto sobre tu cama, abrazo tus sábanas y apoyo mi rostro sobre la almohada. Trato de inhalar aquella fragancia procurando mantener vivo tu recuerdo, tu presencia. Pero sé que son los vestigios de la misma que dejaste atrás. Mis ojos se humedecen y yo me niego a llorar.
Sé que nos volveremos a encontrar.