miércoles, 20 de febrero de 2019

Morat — Cuando el amor se escapa

        

Di que te vas y que ya no regresas,
Pero no digas a dónde te irás,
Yo que no supe cumplir mis promesas,
Prometo ya no irte a buscar.

Quise quedarme contigo una vida,
Pero los planes no siempre se dan.
Antes me hirieron tus balas perdidas,
Hoy sí las puedo esquivar.

Pero no puedo obligar ni engañar al corazón,
Y que sufra por dos.
Cuando el amor se escapa,
Nunca dice adiós.

Vuélveme a querer cuando hayas olvidado,
Que si un día lloraste yo fui la razón.
Yo intenté por siempre estar enamorado,
Y no me funcionó, y no me funcionó.

Ya no desentierres besos del pasado,
Ya no busques curas en mi corazón.
Cuando el amor se escapa,
Nunca dice adiós.

Búscate a alguien que ruegue tus besos,
A quien el futuro no lo haga temblar,
Yo que no supe cumplir mis promesas,
Prometo que puedo aguantar.

Pero no puedo obligar ni engañar al corazón,
Y que sufra por dos.
Cuando el amor se escapa,
Nunca dice adiós.

Cuando el amor se escapa,
Deja a un perdedor.

Morat — Yo no merezco volver

         

Borra mi nombre de todas las frases que digas,
Guarda silencio si vas a llamarme otra vez,
No me pronuncies en vano si tu corazón sigue medio averiado,
Que yo no merezco volver.

Quema mis fotos no es justo que siga en tu vida,
Pierde a mi sombra y vuelve a seguirte otra vez,
Ciérrame todas las puertas que cuando me fui se quedaron abiertas,
Que yo no merezco volver.

No intentes perdonarme,
Nunca te quise bien,
No intentes perdonarme,
Que yo no me perdoné.

Dale un respiro a mi pobre conciencia,
Que yo no merezco volver.

Tú te has ganado el derecho para detestarme,
Y que sea más fácil hacerlo será mi deber.
Nadie jamás ha inventado ese Dios que redima todos mis pecados,
Y yo no merezco volver.

No intentes perdonarme,
Nunca te quise bien,
No intentes perdonarme,
Que yo no me perdoné.

Dale un respiro a mi pobre conciencia,
Que yo no merezco volver.

Dale un respiro a mi pobre conciencia,
Que yo no merezco volver.

domingo, 17 de febrero de 2019

Ligero.

    Desde el momento en que te conocí mi corazón siempre estuvo en guardia y el mal presentimiento que te tenía nunca se fue. La desconfianza se mantiene intacta a pesar de que la situación haya cambiado, a pesar de que me gustes tanto.
    Hasta este momento, supe el lema de vida que tomaste y no discuto nuestras diferencias sobre ello. No seguimos la misma corriente, lo que tú consideras irrelevante para mí es lo más esencial.
    Nuestros destinos jamás tendrán un punto de encuentro, jamás obtendré tu amor y jamás voy a abrirme completamente hacia ti.
    Y a pesar de eso, conociendo tu pensamiento, no pude soportar el dolor en mi pecho al escuchar brotar de entre tus labios esa palabra.
    Tonta de mí, por sentirme así y creer que esto era algo más que una aventura ligera.
    Estúpida de mí, por titubear ante mi comportamiento y hacerte dudar dejando casi al descubierto mis sentimientos.
    ¿Por qué me sentiría mal si después de todo estoy comiendo de la misma fruta prohibida?
    Y ahora el deseo que expresas con cada palabra me saben tan insípidas, indiferentes, mentirosas. Tus acciones no me convencen y me confunden cual vorágine no creo poder resolver.
    Puse cierta confianza en ti, lo admito, pero nunca pude dártelo en su totalidad.
    Te mentí.

    El único amor que creí conservar se lo llevaron. Y bien lejos.

lunes, 4 de febrero de 2019

Reiniciar.

    Corté el lazo ya estropeado de tanto ceñirse, desenredarse, estirarse y volviéndose a enredar. La cinta que tanto me apretaba y asfixiaba no está más. Me siento en libertad.
    Sin embargo añoro el calor que dejaba bajo mi piel y sólo permanecen las marcas que quizás se borren con el tiempo.
    Estoy empezando a sentir el frío y la ausencia de tu compañía. 
    Me estremezco y comiezo a llorar. 
    Oh, cariño. Cuánto te extraño. 
    Volver a divagar entre los recuerdos es tan doloroso pero sé que olvidaré tu rostro dentro de poco. Dentro de poco...
    
    Un nuevo lazo me atrapa. No es distinto al anterior pero tampoco iguales.
    No soy yo. No busco el amor. Ellos me eligen. ¿Por qué me eligen?
    La Razón, la Experiencia y el Miedo se interponen. No quieren que vuelva a caer pero mi Corazón es testarudo, no importa cuántas veces salga herido, el hambre constante de amar lo arrasa todo. 
    ¡Una oportunidad!, ¡una oportunidad!
    Noches pensando, analizando, negando que haya algún avance, reformulando y reordenando mis pensamientos. Tengo la fuerza necesaria para hacerlo.
    Pero cuando estoy frente a ti... todo se desmorona. Vuelvo a estar confundida, arrepentida, indecisa. Como si me dominase más el corazón que la razón. 
    ¿Qué debo hacer?, ¿qué es lo correcto y lo que no?, ¿por qué sigo lastimándote?
    

No soy una buena persona.