domingo, 27 de marzo de 2016

Pecado.

    Embriagarme de aquellas historias relatadas e ilustradas por tales personas, cuyo don envidio y anhelo poseer con el paso de los años y la experiencia de mi propio y esperado esfuerzo. Son aquellas las que me llenan de vida y me inundan de sentimientos que quizás en este camino me sean difíciles de corresponder.
    Encienden mis sentimientos vívidos, que yo creí haberlos sepultado dentro de un baúl viejo en mi habitación; desesperados por salir y encontrar algún ser que padezca de mi amor descontrolado. Llenarlos de timidez, alegría, lujuria, aceptación completa; de besos cálidos y abrazos eternos. Sentir el ardor de nuestros cuerpos tocándose indirectamente a través de nuestras prendas. Compartir las suaves y frías sábanas en contacto con nuestra piel desnuda, y reencontrarnos por aquel calor que emanan nuestros cuerpos, en busca de calidez. En un vaivén entre polos opuestos hasta llegar a aquel clímax.
    Quién será ese ser capaz de estar conmigo y compartir nuestros mismos pecados.
Anhelo poder encontrarlo.

Esfuerzo.

    Con mi cobardía no logré enfrentar mi condena. Pero un nuevo camino fue abriéndose entre las espinas de mi corazón.
    Y de nuevo caigo. Quiero levantarme. ¡Debo hacerlo!

lunes, 14 de marzo de 2016

Muerte.

    No tengo apetito. Desde hace dos días sólo he comido 2 empanadas y he desayunado una vez en la última mañana.
    Me siento podrida por dentro y no sé con qué llenarlo. He intentado falsas esperanzas, falsos esfuerzos y pensamientos que no llegaron a materializarse. Lo único que hice fue manifestar mi desesperación trazando con mi lápiz graffito sobre una hoja y creando con mis manos, por medio de la plastilina, un lobo cuyos rasgos me fascinaron.
    En la primera noche me inundé en la lectura desde mi celular. Leer mangas me ayuda a olvidar esta angustia... hasta que me di cuenta que me he quedado hasta la mañana despierta. Duermo con la esperanza de no despertar... o de que se pare el tiempo y no llegar el día 15.
    Lamentablemente no pasó, pero me he despertado después de muchas horas. Casi un dia completo durmiendo.
    Ahora mismo me embargo en la televisión y no quiero ver a mis padres. Mis ojos se secan y se sienten cansados; mi cuerpo se encuentra débil y he bajado un par de kilos que seguro los recuperaré con una buena comida.
    Quiero terminar con todo esto.

Que nunca llegue el mañana.
¿Iré o no?