viernes, 9 de abril de 2021

Punto de inflexión.

    Hora de detenerse, de seguir por la vida sin un rumbo fijo y empezar a asentar los pies sobre el pavimento frío y agrietado.

    No logro recordar los malos y buenos momentos que pasé desde hace 7 años. 
    Ando a favor de la corriente, como pez dejándose llevar por el mar.
    Creí que era lo correcto dejar fluir los anhelos, mis emociones, mis sueños, mis intentos, dejar mis preocupaciones y mis fracasos a un vacío de indiferencia. 
    Pero eso no me está llevando a ningún lado.
    El timón requiere de un capitán para poder manipular el barco.
    Y yo terminé en aguas profundas por dejar que el mar me guíe.
    Debo detenerme porque empiezo a marearme.
    Tengo que llegar a un puerto.

    A un punto de inflexión.