lunes, 9 de noviembre de 2020

Nuevo amor.

    Luego de estar entre las sombras, de reconfortante aceptación propia, su calidez se mantiene y su luz incesante comienza a tomar fuerza, irradiando la habitación con mayor intensidad. Está en una pequeña cabaña algo agrietada, mohosa y húmeda de las tantas tormentas de las cuales jamás sucumbió. Cada paso provoca un rechinar en la madera, sonido armónico y melancólico de su corazón en duelo. Apacible a pesar de todo. 
    Asomada en la ventana, cuya mirada endeble posa sobre las hojas, decide abandonar toda raíz marchita para dar paso a un nuevo amor. 
    Sin embargo, las esperanzas de hallarlo eran indiferentes para ella. Crecerá una nueva semilla o simplemente no existirá. 
    Costarán años encontrar y construir un vínculo así.
    No espera nada. 
    Sin embargo, aquella tarde de ventisca helada, un pasante toca la puerta. 
    Recibimiento cordial, taza de chocolate caliente, un alma cálida cuya intención es sólo buscar un refugio efímero. 
    Sin embargo, su semilla echó raíces y ella le dio su calor.

No lo buscamos, simplemente... llegó.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Inoportuno.

     Sólo me disculpo por dos cosas. El haberte "insultado", aunque mi intención nunca haya sido esa, y el tratarte de esa forma tan déspota, guiándome bajo mi propio enojo y molestia. Pero no me arrepiento el hacerlo.
    Resultaste ser todo en lo que yo procuraba no convertirme: un hipócrita, egoísta, mentiroso y cruel.
    Sin embargo, como último acto de mi amor, los recuerdos de aquél niño que amé estarán plasmados en mi corazón, pues hace días lloré por el fin de tu amor hacia mí y hoy lloro porque el niño al cual amaba desapareció, falleció.
    No vuelvas porque jamás veré en ti a ese ser que hizo mi corazón estremecer y lloro recordando ese amor, esa calidez y cerrando, por fin, nuestra historia. 
    Un amargo adiós.
   

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Track 27.







Verdad.

     En medio del silencio trato de recobrar con todas mis fuerzas el aliento, mermando mis suspiros agitados y mi rostro lleno de lágrimas brotando de mis ojos.
  — Te digo la verdad aunque no sea necesaria pero es porque me nace. Tu ternura es un veneno para mí... 
 —Pero veneno después de todo - Pensé, incapaz de responder por mi sollozo.
    — ... y ambos acordamos la felicidad del otro por sobre todo. Eres mi más preciada amiga y quiero que te enteres por mí. 

Amiga.
    Caí en la noción de que lo nuestro era simplemente eso, con un toque íntimo de singularidad pero yo contaba con su cariño y el amor que va mucho más allá que una mera amistad.
    Mi corazón se quebró en pedazos. Mantuve mi compostura, agradeciéndole a Dios que esta conversación haya sido en una llamada telefónica. 
    No comprendía el porqué me sentía así. Mi mente era consiente del pacto acordado, pero mis sentimientos estaban en desacuerdo. 
    Me lo quitarán.
    Y una vez que lo desgarren de mi corazón, no volverá a pasar tiempo conmigo. 
    Con sólo pensar en ese hecho, siento un torrente de lágrimas queriendo salir y mis gritos de tristeza me magullan la garganta, aprisionando mi corazón.
    Pero más me decepcionó el saber que sería otra relación a distancia. ¿Por qué cometer el mismo error?
— No debes pedirme tu aprobación, pero aprecio que me lo hayas dicho. Haz lo que tú desees.- Respondí, sintiendo una vorágine en mi corazón, cuyos latidos estaban desvaneciéndose para convertirse en sólo una mera presión incesante. 
 —Me alegra que hayas reaccionado así. Y por favor, no te alejes después de esto. Quiero pasar el tiempo contigo. 
    ¿Por qué deseo aquello que jamás tendré?, lo supe desde el primer momento. Sabía que el karma pagaría contra mí y ahora debo presenciar cómo el amor entre ellos empieza a cobrar vida, mientras que su amor por mí se marchita parte por parte frente a mis ojos, desvaneciéndose.
    No creo poder aguantar tal sufrimiento. 
    Seré paciente, recobraré mis fuerzas para mantenerlo con vida. Aunque sea como una simple amistad, porque sé que vale mucho más que eso.
    No quise que me escucharas llorar porque sé que te lastimé y no iba a dejar que mi egoísmo te mantuviera junto conmigo. Odio ser hipócrita.
    Ahora sólo queda dejar ir este sentimiento, entre mis llantos y anhelos.

He dado todo de mi, pero aún no lo he encontrado. 

Promesas no cumplidas,
 anhelos inconclusos,
 planes frustrados,
 acuerdos olvidados,
 y un amor abandonado.


miércoles, 26 de agosto de 2020

Retorno III.

     Un mensaje tardío, ¿un deseo no escondido o la excusa de un niño?.

jueves, 18 de junio de 2020

jueves, 21 de mayo de 2020

Retorno.

    Volviste discreta y lentamente a mis pensamientos, invadiendo con tus recuerdos todos mis sentidos.
    Aumenta mi deseo de regresar a tus brazos, sentir la mera sensación de calidez, extasiarme con tu voz, tu risa y tu sentido del humor impregnado de incomodidad tan particular.
    Pero como una más, caí profundamente en tus encantos. Creí, ingenua, haber triunfado en el engaño sin embargo me convertí en otra pieza en un tablero difícil de descifrar.
    Te extraño. Y me niego a creerlo, a sentirlo. No pude haberme enamorado profundamente de ti. ¿Cómo es posible?, en tan corto tiempo...
    Tantos aspectos que me desagradan y me repito una y otra vez que no eres para mí, pero mi corazón terco y egoísta no desea entender.
    Buscar las escasas señales de tu presencia y notar tu tristeza me parte el alma. Anhelo brindarte un aliento de alivio, felicidad. Pero siempre fui así. Efímera.
    No debo regresar cuando el motivo es por lástima, pero no puedo soportar observar cómo el dolor consume a las personas que amo.
    ¿Y cómo me presentaría?, ¿Como una amiga?, ¿Un amante?. Destrocé toda relación.
    No es por orgullo ni por egoísmo.
    Pero cómo puedo aparecer sin ser deseada. Repugno el hecho de volver a lastimarte otra vez, a empeorar las cosas. Sólo queda conformarme en estas notas, como el corazón cobarde que poseo.
    Y en un impulso, me asomo a tu última carta y mis dedos escriben bajo el mando de mi corazón:
¿Estás bien?.
 

domingo, 12 de abril de 2020

Final.

    Tantos sucesos ocurridos que debía plasmar en estas notas y que decidí posponer, ya sea por desgano, falta de tiempo, indiferencia quizás.
    Pero estoy aguantando, me estoy agrietando y comienzo a sangrar.
    Como un mal recuerdo que duró 12 años, una parte de mi infancia y toda mi adolescencia fue arrebatada sin darme cuenta.
    Amores con finales trágicos, inconclusos, problemáticos. Cada golpe dejó en mí cicatrices que jamás podré borrar. Ahora debo aprender a vivir con ello.
    Enfrentar las mentiras, la desconfianza, la indiferencia de todas las personas de las que me enamoré.
    Como si fuesen extraños, se alejan para dar final a este cuento.
    Me mantengo en pie. Tambaleo, sí.
    Toda parte de mí comienza a sangrar, me están destrozando por dentro y por más que ruegue por ayuda, mis cuerdas vocales están desgarradas y nadie en este mundo terrenal es capaz de escucharme.
    Una y otra vez tropecé con la misma piedra, jurando que esta vez iba a ser la última.
    Cada paso indeciso que realicé, cada error que cometí, me llevan al mismo trágico final.
    Herí a los que me amaban y ellos me hirieron. Me odié a mi misma y bajé a lo más profundo de mi oscuridad, de mis miedos. Me sumergí en ellos y no supe cómo salir. Los demonios no me dejan salir.
    Y como toda pesadilla, termina cuando uno despierta.
    Necesitaba alejarme de toda relación, de las personas que amé y de las que aún sigo amando.
    Nada terminó bien.
    Sé que cada uno tiene su versión de la historia y que no van a cambiar a pesar de que insista en hablarlo.
    "No vivas del pasado", me dijeron. Lo intenté. Pero ustedes mismos no fueron capaces de hacerlo.
    Cada uno aplicó sus reglas en base a sus beneficios.
    No busco culparlos, tampoco en reabrir viejas heridas. La culpa yace en mí. En no ser capaz de valorarme y el dejar que pasaran por sobre mí.

    Nuevos problemas se presentan. Mi intimidad ahora es vulnerable y ya no sé en quién confiar.
    No debería sorprenderme el hecho de que insistas en tus problemas conmigo. En restarle importancia a mi situación. Cada uno ve lo que realmente le interesa.
    No me necesitas, no me amas, no te intereso, no estás ahí, no eres capaz de ponerte en mi lugar.
    Estoy cansada de todo esto.
    Decido terminar.
 
    Yo siempre fui el apoyo extra.
    Cada relación inició cuando estaban heridos por una reciente ruptura. Mi intención como recién conocida y futura amiga fue aliviar sus tristezas. Jamás creí que el hacerlo caerían en mi supuesto -y si es que existe- encanto que desbordaba sin malas intenciones.
    En cada una de mis relaciones, ellos fueron los que dieron el primer paso.
    Y en mi mente, resuena el consejo de mi abuelo:
    "Jamás dejes que te elijan. Tú debes elegirlos a ellos".
    Nunca lo hice. Y mi respuesta hacia ellos siempre fue indecisa. O mal interpretada.
    Desde el principio, todos mis pasos estuvieron mal. Fui ingenua, inocente, tonta.
    Pero también me entregué completamente. Di todo de mí, hasta que su hambre insaciable no dejaba de exigir.
    ¿Cómo puedes dar amor si no eres capaz de amarte?
    No lo sé. Pero mis sentimientos, después de todo, fueron genuinos.

"Y el amor de la niña se convirtió en tolerancia, y la tolerancia en impaciencia, y la impaciencia en descontrol. Comprimiendo sus impulsos primitivos, el veneno que recorría de entre sus venas la dominaba.
Y en medio del gentío estalló."

Joanna — Vénus

                          

martes, 11 de febrero de 2020

Estúpida.

    Me siento tan estúpida, tan ingenua creyendo que uno puede cambiar y que nada será igual.
    No soy capaz de elevar mi voz, hacerme escuchar.
    Sólo sigo siendo la estúpida de siempre, cayendo en los brazos de aquellos que no me merecen. Que no me ven.
     No me aman de la misma manera como yo.
    Cansada de cambios trágicos repentinos, el dolor punzante en mi pecho y el cúmulo de lágrimas brotando recorriendo mis mejillas para terminar mojando mi almohada.
    ¿Qué tengo que hacer para que me amen completamente?
    El líbido en un abrir y cerrar de ojos se torna una experiencia dolorosa. No sabes cuánto me dueles. No tienes idea porque no eres capaz de pensar en mi bienestar. En cómo hacerme sentir bien y peor aún que con cierta timidez te digo que yo también lo necesito y aún así sólo te enfocas en ti.
    Y ya no sé qué hacer.
No sé qué hacer.

miércoles, 29 de enero de 2020

Estaca.

    Me sigue doliendo como una estaca clavada en el centro de mi pecho; como una grieta que no se cierra.
    Algo que no puedo rellenar y mucho menos remover.
    ¿Desde cuándo dejé que mis necesidades dependiesen de una persona que no sea de mí misma?

    Estoy hambrienta y no puedo satisfacerme con sólo migajas.
    Y lo peor es que tú no te das cuenta.