domingo, 7 de junio de 2015

Desastre.

    Soy un desastre.
    Pido oportunidades, ruego por el perdón, victimizarme y llorar. A pesar de autoconvencerme, no logro aprovechar.
Simplemente me doy pena.
    Dios me da todo. Definitivamente todo y lo único que hago es derrocharlo. Pierdo las oportunidades que me da y es entendible que no las merezca.
    ¿Para qué llorar si ni yo misma sé cómo defenderme? No tengo las fuerzas necesarias como para ganar esta batalla.
    Necesito ayuda... porque no puedo ayudarme ni a mí misma. Me he perdido. Y no sé si volveré a regresar.
    Me llamo todas las noches. Me busco entre la penumbra de mi vacío corazón.  Pero no logro encontrarme. No me siento. No te encuentro. Quizás estoy buscando en el lugar equivocado. Quizás ya he dejado de conocerme.
    Sentenciar a alguien por algo que no cometió,  es cobardía.
    Por favor, vuelve. Vuelve que necesito de ti. Necesito de tus fuerzas para seguir. Necesitó tus ánimos.
    Me estoy cayendo y no sé si pueda levantarme ésta vez.
    Y simplemente di un paso hacia el exterior y la vida me dió un empujón. Caí y solamente quiero llorar.
    No puedo sola... Ayúdame.